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domingo, 17 de febrero de 2019

¿por qué no mola lo que mola?


¿Por qué no mola lo que mola?
Diatribas de un docente cansado

Llevo un tiempo viendo en redes sociales una serie de vídeos que, auspiciados por un banco, nos muestran a personas diferentes conferenciando con un tono amable y sentido sobre su experiencia íntima siempre en relación con la educación, en un entorno amistoso y propicio a la escucha y donde todo parece reforzar una imagen positiva de la labor docente.

En principio, todo bien, nada que objetar, y sin embargo, algo me removía al ver a ese maestro al que escuchaba el otro día contar cómo de quien había aprendido más era de sus estudiantes, o una psicóloga que nos hablaba del sentido de camino en el proceso por el que un niño o una niña progresan…

Sí, sí. Todo bien, hasta que el otro día le tocó el turno a un cantante que defendía el valor de la educación musical y lo necesario que es que chicos y chicas toquen instrumentos, o canten, o experimenten la sorprendente luz de la polifonía vivida desde dentro. Y es que todo eso es cierto, pero yo me iba encendiendo más y más y no sabía por qué. Y el caso es que el tenor ponente acaba provocando que su auditorio entone un acorde mayor en el que todos los participantes se ven envueltos por esa armonía perfecta y en el summum del éxtasis, termina diciendo: “¡A que mola!”

Mola…

Salvo cuando ves el logo que anima ese vídeo y recuerdas que, cuando el BBVA ha pensado en hacer una campaña en centros educativos, donde ha puesto el dinero es en un programa para formar a educadores en educación financiera para que éstos a su vez enseñen a sus alumnos que lo importante es hacerse un plan de pensiones y que la mejor forma de estudiar una carrera es pedir un crédito cuanto antes y así tenerlos cogidos por las pelotas (perdón, esto último creo que no va en las lecciones).  

Queda muy chula una campaña así, en la que sólo te gastas cuatro duros en colocar bien al ponente en una sala  a su vez chula con un público súper chulo. Pero no habrá dinero para que los chicos canten o toquen instrumentos (mejor poner esa inversión en la educación financiera), no habrá campañas para que las personas encargadas de la gestión educativa se replanteen sus decisiones, no habrá siquiera músicos de carne y hueso que toquen la música que acompaña la cortinilla del espacio publicitario. 

Mola…

Salvo cuando piensas que en un centro educativo te enfrentarás al diseño de itinerarios de bachillerato y casi todo se reducirá a hablar de lo que pondera o deja de ponderar. Ítem más: discutiremos lo importante que es que tengamos una asignatura de profundización en matemáticas (y no, por cierto, para que sepan  más matemáticas, sino para que estén mejor preparados para la prueba esa que tanto ‘ponderará’ su vida).

Es súper chulo apoyar una campaña así, pero no mancharse los dedos apostando por la educación artística y corriendo riesgos, no vaya a ser que nuestros chicos y chicas estén peor preparados (¿preparados para…?)

Mola…

Salvo cuando tienes una reunión con las familias de tu curso de secundaria y planteas una pregunta directa: ¿cuántos de ustedes disuadirían a sus hijos o hijas de desarrollar en los tiempos que corren una carrera profesional artística? La sonrisa nerviosa y el silencio por respuesta son de lo más elocuente.

Es estupendo aplaudir al tenor que nos invita al otro lado de una pantalla a que todos cantemos, pero no lo es tanto sufrir las notas desafinadas del día a día y los tropiezos de una vida que seguramente no será sinfónica.

Mola…

Salvo que esta campaña sirva sólo para que encauces tu malestar a través de la empatía que tan fenomenal se han trabajado con los personajes que nos hablan y, por esas artes que nuestra mente maneja tan bien, pienses que ya has hecho todo lo que tenías que hacer y que en el fondo tú estás con la educación musical o artística (o con la educación en general), y que claro que te preocupa, y que haces lo que puedes…

Es muy bonito ponerle un like por doquier y dejar tu sello de compromiso. Es menos bonito llevar propuestas a un ministerio, cuando sabes que quedarán bajo el montón de ponderantes y de importancias extremas; es menos chulo plantarse a las puertas de un consejero que no recibirá a las marías; y es muy cansado luchar contra una sociedad que, además, cree que está haciendo algo y, mientras es hábilmente manipulada, te dice que te brinda todo su apoyo.

Mola… o a lo mejor no tanto.


vale.    j  c  p  j    -    2  0  1  9

3 comentarios:

  1. No te canses de luchar profedemusica. Somos muchos los que no disuadiríamos a nuestros hijos de cursar estudios artísticos. A revés, nos llenaría de orgullo. Nos reconocemos en la sensibilidad artística, gastamos nuestro esfuerzo, tiempo y recursos en guetos como teatros, escuelas de pintura, de música, conciertos y conservatorios. Pero no podemos permitirnos el cansancio, ni como padres ni como docentes. Muchos creemos en tu trabajo. Ánimo

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  2. Hola!Seguramente no me recuerdes. Fui alumna tuya del IES el Carrascal allá por los 2000. Me he encontrado con tu blog de casualidad. Simplemente decirte que el reencontrarte me ha traido muchisimos buenos recuerdos. Gracias a tus clases, me planteé estudiar música, quería enseñar a niños y jóvenes su historia y lo importante que es la música para el mundo. Se puede aprender mucho a través de ella. No soy capaz de vivir sin música. Pero finalmente me decanté por la fotografía y el cine. No me ha ido muy bien en esos campos. Tal vez debería a ver estudiado música. No se me da muy mal. Toco de oído, con las consecuentes broncas de mi profesor de saxo cuando me pierdo en alguna canción. "Claro, no lees..!" Y me quito el "mono" de tocar algún instrumento con el ukelele que me regaló mi novio hace un par de años por reyes. Un ukelele??si no he cogido una guitarra en mi vida y no sé leer las tablaturas!! (Mie**a de solfeo!). Pues en eso estoy ahora, intentando aprender a tocar un ukelele, que no sé ni como se coge, por mi cuenta. Perdona el discurso. A veces me pongo a escribir y me vengo arriba!Simplemente quería saludarte y darte las gracias por tus clases.Un abrazo, Helena M.

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  3. hola, helena

    perdona la demora en la respuesta, pero la desconexión veraniega también es importante y no había visto tu comentario.
    gracias por tus palabras generosas.
    espero que hayas progresado este verano con el ukelele.
    un abrazo
    (si quieres contactar conmigo, me puedes escribir a jose.pino@educa.madrid.org)

    josé carlos

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